Hace 35 años que desperté al flujo de la consciencia, pero no empecé a tomar decisiones con verdadera libertad hasta los 15 años, lo que significa que realmente llevo 20 años de control sobre mi vida.

Si llego a vivir 100 años me quedan otros 3 ciclos de 20 años y medio ciclo al final donde espero no necesitar tener control.

Mi sorpresa mas grande es lo positivo que es ser adulto.

La adolescencia es un infierno tan auténtico que la mayoría de la música le apunta a ese mercado. Los "veintes" son tan peligrosos, emocionantes y dolorosos que la televisión se enfoca en esa etapa. Los treintas, en cambio, son un placer. Como un libro.

El problema de ser adulto es que no es algo que se pueda enseñar. Ser adulto no es el dolor de una perdida, ni el esfuerzo, ni el sufrimiento, ni el sacrificio. Es posible que una vida dura en tu juventud te haga mejor adulto, pero no acelera tu adultez.

Lo único que te hace adulto es el tiempo.

Ser adulto es ver tu marca favorita de dulces desaparecer de las tiendas. Es ver a tus padres aceptar que ya no eres su responsabilidad y tratarte como un par. Es ver a tus amigos envejecer y a sus hijos crecer. Es aceptar la muerte de la gente que amas. Es apreciar la vida de quienes tienes cerca.

Ser adulto es descubrir un tipo de relación que sólo se construye con tiempo. Un tipo de amor que no está conectado a nuestros cuerpos sino a nuestras mentes. Una conexión de entendimiento, respeto, curiosidad y fascinación que va mas allá de palabras y caricias.

Ser adulto es trabajo. Mucho trabajo. Pasa cuando descubres lo ridículo de las cosas que te atormentaban en la niñez. O lo superfluo de lo que te importaba en tus 20s. Ese punto donde la arrogancia de tu juventud se vuelve la humildad de lo que te falta por crecer.

Al inicio, ese trabajo te hace ver tus puntos ciegos. Aceptas que para algunos eres el villano de su historia. Reconoces las personas que heriste y quienes te hirieron. La empatía de entenderlos te da la humildad de aceptar el pasado. Y al aceptarlo, aprendes.

Con suerte podrás dejar ir tu ego, expandir tu perspectiva y descubrir tu potencial. El verdadero valor de tu mente. Tu misión en la vida. Tu definición de felicidad. Sabrás lo mucho que te falta y lo maravilloso e improbable de respirar, pensar, entender, sentir y crear.

Tu vida es un auténtico milagro.

Si no, no importa. Mientras tengas vida tendrás la oportunidad. Sólo recuerda que es trabajo. Es la combinación de tiempo, introspección, humildad y gratitud.

Recuerda que vale la pena.


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