Nunca podrás cumplir tus sueños solo
Cuando conocí el Nintendo de niño, tuve claro el sueño de mi vida. Yo iba a crear juegos. Lo empecé a cumplir a los 12 años, gracias a dos cosas que llegaron a mi país: El anime de Pokemón e internet.
Un universitario cerca a mi casa tenía Internet y como negocio, vendía la “pokedex“: un archivo de Word de 50 páginas con fotos de los 150 pokemón, sus descripciones y ataques. Yo no tenía computador ni lo tendría hasta los 15. La compré impresa en papel por 10 dólares.
La primera inversión de mi primera empresa.
Me gustaba dibujar con Jerson, mi mejor amigo de la cuadra. Así que le propuse una idea. Sin jamás jugar Magic o saber qué era un juego de rol y con la experiencia de dos niños de 12 y 13, creamos un juego casero de tarjetas Pokemón.
Compraba cartón suave y papel blanco y los cortaba en tarjetas de 7cm x 5cm. Pegaba el papel al cartón y encima, con lápiz y colores, dibujaba el pokemón, su nombre, descripción y una barra de “energía” donde se anotaba cuanta vida le quedaba a la tarjeta. Detrás anotaba los poderes y una caja para escribir el “nivel” del pokemón.
La tarjeta la forraba en plástico adhesivo transparente y la vendía por US$0.25. Los “clientes” eran niños de mi barrio. Compré un afiche gigante de pokemón (segunda inversión, 1 dólar) donde ellos elegían cuales querían. Jerson y yo las fabricábamos, compartíamos ingresos y él tenía tarjetas gratis.
¿Creen que el negocio era vender tarjetas?
Yo organizaba batallas frente a mi casa. Sacaba un tablero de ajedrez, una calculadora y dos dados. Cada jugador elegía 3 pokemón por partida. Para atacar, decían 3 números del dado y el nombre de un ataque. Yo calculaba el daño del ataque, menos el porcentaje de defensa del pokemón atacado y escribía eso en la barra de vida de la tarjeta. Cuando un entrenador perdía sus tres pokemón, terminaba.
Me llevaba los pokemón muertos de la partida. Los jugadores tenían que pagar US$0.05 para que “el centro pokemón los reviviera“. Los recuperaban al siguiente día del pago. TODOS los días de la vida, a las 6pm, habían batallas.
Creo que hice unas 500 tarjetas y más de 3000 batallas en el año que funcionó mi empresa. Este post es la primera vez que haré la matemática. En promedio, generé (sin gastos) US$125 en tarjetas y US$600 en “centro pokemón”. Todo con 15 clientes que eran los niños de mi barrio.
Niños de otras cuadras empezaron a llegar por los rumores del juego. Dibujé, en un pliego de cartón, un tablero similar a Monopolio. Era un torneo donde cada cierta cantidad de casillas habían batallas contra pokemones poderosos de gimnasios (yo con tarjetas “especiales“) o contra otros jugadores del tablero.
Creé mis propios pokemón (cloné a Kirby) y cuando alguien ganaba una batalla de “gimnasio”, les daba una medalla de verdad que costaba unos $2 dólares. Eran 10 medallas, 10 gimnasios, $10 dólares la entrada. Mis 15 clientes lo pagaron felices.
Mi negocio no terminó por competencia, por clientes aburridos o demandas de Bandai. Mi negocio terminó porque las mamás de los niños se unieron y pidieron a mi madre que me hiciera parar. Cuando mi madre (heroína) les dijo que estaban locas, ellas prohibieron a sus hijos hablarme. Así murió mi primera empresa.
Perdí a todos mis amigos, excepto aquel que dibujó conmigo esas 1000 tarjetas y ese tablero. Cuando veo por la calle a Jerson, lo saludo y recuerdo feliz esa parte de mi vida. Mi primer cofundador.
El reto más grande de Cristalab es tenerla solo. Estoy rodeado de la mejor comunidad, pero el fundador soy sólo yo. Crear Mejorando.la junto a Christian ha sido una increíble experiencia que me ha enseñado mucho de ellos y me ha hecho crecer. TiaXime no sería posible si no tuviera a la Tia Xime, obstinada y genial, como socia y escritora. Ya no quiero crear cosas solo.
Estoy creando un juego de combate de naves online: dotGaia Fleets. Tengo el equipo más talentoso que podría soñar. Lo más importante, todos en el equipo son dueños de una parte, todos estamos juntos y vamos a realizar esa idea.
Los grandes sueños sólo se cumplen cuando se unen los sueños de muchos.
Si me mandas un mail a xxxxxxxxxxxxx diciendo qué Pokemón quieres, quién eres y tu dirección en el mundo, te prometo hacerte una tarjeta Pokemón y mandartela tal como las hacía a los 12 años :)
Lo siento, fueron demasiadas peticiones, ya no puedo generar más tarjetas. Pero muchas gracias por seguir leyendo :)